5 de octubre de 2008

El viajero - Seguridad Social

Hoy toca clase de repaso de lengua castellana. Lección: las preposiciones.
Más de ocho minutos y medio dura este pedazo de canción que puso fin anoche (o más bien esta mañana) a un fin de semana impresionante y matador.



A la vida guiará constantemente;
ante el paso imperturbable, está el reloj.
Bajo las mismas razones, pertinentes,
el viajero conociendo la ciudad.

Cabe ver la noche el sol y tierra extraña;
con la firme persistencia como pies.
Contra la luz pegajosa y aledaña,
el viajero conociendo la ciudad.

De su vida ha extraido la arrogancia,
desde luego su camino es poseer;
en su ruta no hay inercia, e ignorancia,
el viajero asimilando la ciudad.

Ciudad, y otra ciudad;
gastando su inquietud.
Comprando libertad,
cuando el bolsillo le da.…

Entre risas, añoranzas y recuerdos,
hacia cada sensación que conocer;
hasta la última aventura exprime cuerdo,
el viajero asimilando la ciudad.

Para que no caiga el sueño adocenado;
¿por qué nuevas posiciones correrá?
Según controle el viento racheado,
el viajero abandona la ciudad.

Ciudad, y otra ciudad;
gastando su inquietud.
Comprando libertad,
cuando el bolsillo le da.…

Vino, tabaco y caramelos;

Un caramelito,
y una chocolatina;
y un poquito gasolina,
para que me ande el carrito.

Y si tu quieres te invito;
por el campo a pasear.
0 bien nos vamos al mar,
que allí me espera un barquito;
de vela porque soy el capitan.
Que vengas, vengas te digo, digo,digo.
¡Vamos a gozar!

Y conoció a una muchacha,
que era como una piragua;
que nadaba entre dos aguas,
y se las daba de macha,
y bailando una guaracha.
se fue quitando el vestido,
pero llegó su marido;
que estaba cortando caña,
y se vinieron "pa" España;
si bien lo tengo entendido.

Y recorrio muchas millas,
por eso sabe que vive;
estuvo por el Caribe,
y recorrio las Antillas.
Y me conto maravillas,
de viajes por tierra y mar;
yo no hacia mas que escuchar,
con un profundo respeto.
Secretos que son secretos;
y no los voy a contar.

Vino, tabaco y caramelos
para el viajero

El caramelito
Ese poquito de vino que quita las penas
y el purito, purito, purito, purito, purito...
Que yo no puedo aguantarlo (no puedo, no)
Que yo no quiro mirarlo (no puedo, no)
Que yo no puedo, no quiero, no puedo, no quiero, no puedo...

Sin temer, presagio alguno desgraciado;
so pena como inocua realidad.
Sobre la luz encarnada hierve el hielo;
tras la pista siempre existe su verdad.

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