6 de junio de 2008

Miguel Hernández

Buscando poemas de Miguel Hernández (que ya era de mis poetas preferidos, pero más desde hoy) para caompartir con vosotros en mi rinconcito de interné, me encontré con uno que no había leido nunca: "Mandado que mando a don Gil de las calzas de CEDA, a ese que lleva robles a las espaldas del Gil y a las del corazón caca" me he quedado un poco descolocado pero es genial. Ya había copiado alguno más, así que hoy toca ración cuádruple de poesía de la buena.

Mandado que mando a don Gil de las calzas de CEDA, a ese que lleva robles a las espaldas del Gil y a las del corazón caca

Al Gil, gili, gilipo, gilipolla,
campana sin metal y sin badajo,
mando un millón de veces al carajo,
pues tanto pus episcopal apoya.

Su estupidez de carne de cebolla,
su ensotanada hiel, su alma de ajo
y su cara de culo y de gargajo
han de ser más quemados que fue Troya.

Vete, mariconazo: se te ha visto
bajo los pantalones el roquete
y bajo la mirada el ano hambriento

Algún día estarás, me cago en Cristo,
dentro del purgatorio de un retrete
enunciando la mierda con tu aliento.


UNA QUERENCIA

Una querencia tengo por tu acento,
una apetencia por tu compañía
y una dolencia de melancolía
por la ausencia del aire de tu viento.

Paciencia necesita mi tormento,
urgencia de tu garza galanía,
tu clemencia solar mi helado día
tu asistencia la herida en que lo cuento.

¡Ay, querencia, dolencia y apetencia!:
tus sustanciales besos, mi sustento,
me faltan y me muero sobre mayo.

Quiero que vengas, flor desde tu ausencia
a serenar la sien del pensamiento
que desahoga en mi su eterno rayo.


TENGO ESTOS HUESOS HECHOS A LAS PENAS

Tengo estos huesos hechos a las penas
y a las cavilaciones estas sienes:
pena que vas, cavilación que vienes
como el mar de la playa a las arenas.

Como el mar de la playa a las arenas,
voy en este naufragio de vaivenes,
por una noche oscura de sartenes
redondas, pobres, tristes y morenas.

Nadie me salvará de este naufragio
si no es tu amor, la tabla que procuro,
si no es tu voz, el norte que pretendo.

Eludiendo por eso el mal presagio
de que ni en ti siquiera habré seguro,
voy entre pena y pena sonriendo.


DE MAL EN PEOR

"Dame, aunque se horroricen los gitanos
(dije una vez hablando a la serpiente,
con un deseo de pecar ferviente),
veneno activo el más de los manzanos."

Inauditos esfuerzos, soberanos,
ahora mi voluntad frecuentemente
hace por no caer en la pendiente
de mi gusto, mis ojos y mis manos.

Antes no me esforzaba y me caía;
y ahora que, con un tacto, un susto, un cuido,
voy sobre los cristales de este mundo,

no me levanto ni me acuesto día
que malvado cien veces no haya sido,
ni que caiga más vil y más profundo.


1 comentario:

  1. No pudimos ser.

    La tierra no pudo tanto. No somos

    cuanto se propuso el sol

    en un anhelo remoto.


    Un pie se acerca a lo claro.

    En lo oscuro insiste el otro.

    Porque el amor no es perpetuo

    en nadie, ni en mí tampoco.

    El odio aguarda un instante

    dentro del carbón más hondo.

    Rojo es el odio y nutrido.

    El amor, pálido y solo.


    Cansado de odiar, te amo.

    Cansado de amar, te odio.


    Este es mi poema favorito de Miguel Hernández


    mil besos!


    Alex.

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