22 de abril de 2009

El principito y el bebedor




El planeta siguiente estaba habitado por un bebedor. Esta visita fue muy breve, pero sumió al principito en una gran melancolía.
-¿Qué haces ahí? - preguntó al bebedor, a quien encontró instalado en silencio, ante una colección de botallas vacías y una colección de botallas llenas.
- Bebo - respondío el bebedor con aire lúgubre.
- ¿Por qué bebes? - preguntole el principito.
- Para olvidar - respondió el bebedor
- ¿Para olvidar qué? - inquirió el principito, que ya le compadecía.
- Para olvidar que tengo vergüenza - confesó el bebedor, bajando la cabeza.
- ¿Vergüenza de qué? - indagó el principito, que deseaba socorrerle.
- ¡Vergüenza de beber! - terminó el bebedor, que se encerró definitivamente en el silencio
Y el principito se alejó, perplejo
Las personas grandes son decididamente muy, pero que muy extrañas, se decía a sí mismo durante el viaje

"El Principito" de Antoine de Saint-Exupéry

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